julio 29, 2007

Edgar Cayce, el ultimo profeta

En 1890, un niño de trece años tuvo la visión de una mujer con aspecto angelical que le preguntó cuál era su mayor deseo en la vida. El, sin dudarlo un momento, respondió que deseaba ayudar a los demás, especialmente a los niños enfermos.

Su nombre era Edgar Cayce. Había nacido en Hopkinsville, un pequeño pueblo de Kentucky, el 18 de marzo de 1877. La precaria situación económica de su familia le obligó a abandonar muy pronto sus estudios, a pesar de que estaba obteniendo muy buenos resultados.

El secreto de su extraordinaria capacidad de memorización era una extraña habilidad para provocarse un estado especial de sueño. Durmiendo de esta forma sobre sus libros de texto, podía recordar después todo lo que contenían.

Trabajó en una librería como vendedor hasta 1898. Entonces sufrió una extraña afección en la garganta que ningún médico supo diagnosticar con exactitud. Paralizadas las cuerdas vocales hasta impedirle hablar más que con un susurro, Edgar tuvo que dejar su empleo, aunque pronto consiguió otro en un estudio fotográfico.

Después de ocho meses sin que ningún médico pudiera resolver su problema, Edgar pidió a un amigo que le asistiera mientras se provocaba de nuevo el estado de sueño que tan buenos resultados le había dado con sus estudios. Durante el trance comenzó a hablar con toda normalidad, describiendo su enfermedad y un sencillo tratamiento que en poco tiempo curó la dolencia.

"A partir de 1923, las revelaciones de sus trances fueron llamadas lecturas y empezaron a registrarse en grabaciones y por escrito. Solía dictar dos de ellas cada día, y dejó un total de 14.305."

Interesados por la solución de un problema que habían sido incapaces de resolver por sí mismos, algunos médicos empezaron a colaborar con Edgar en una serie de experiencias que muy pronto mostraron unos resultados espectaculares. Cayce era capaz de diagnosticar enfermedades y prescribir tratamientos para cualquier persona del mundo con sólo conocer su nombre y dirección.

En 1910 el New York Times publicó un artículo a página completa sobre Edgar y sus aptitudes, basado en un informe que el Doctor Wesley Ketchum había remitido a la Clinical Research Society de Boston. Esta difusión provocó que personas de todo el país acudieran a Edgar para solicitar su ayuda.

Durante el trance autohipnótico, Cayce podía responder cualquier pregunta que se le hiciera, y pronto superó las cuestiones físicas para abordar también cuestiones psicológicas, morales o religiosas.

Edgar Cayce murió en Virginia Beach el 3 de enero de 1945. Desde entonces está considerado el vidente y psíquico más notorio de la historia, hasta el punto de que se han escrito más de 300 libros sobre su vida y sus lecturas.

La Meditacion

Algunas de las lecturas de Cayce se refirieron a la meditación y la forma en que debe hacerse. Anticipándose cuatro décadas a la introducción de la meditación en occidente (popularizada en los años sesenta), Cayce le atribuía efectos beneficiosos sobre espíritu, mente y cuerpo.

La meditación, que él definía como escuchar la voz divina de nuestro interior, debe comenzar por la relajación de cuerpo y el control de la respiración. Luego debe focalizarse la atención de la mente en una "afirmación", un único pensamiento positivo que produzca un efecto relajante, tranquilizador, como "Dios es amor" o "Estoy en paz".

Llegado a este punto, Cayce estableció dos niveles para continuar la meditación. El primero supone concentrar el pensamiento en las palabras de la afirmación. El segundo significa pasar a sentir su significado. En un ejemplo lo asimiló a la diferencia entre decir "quiero a mis hijos" y el sentimiento que expresan esas palabras.

Mantener la atención concentrada en este sentimiento no es nada fácil, y se obtendrá más efectividad con la práctica. Mientras tanto, cada vez que la atención se desvíe hacia otro tema es preciso regresar al pensamiento de las palabras para volver a centrarse en el sentimiento. Tres o cuatro minutos serán suficientes para empezar, aumentando la duración conforme se adquiere experiencia.

"Cayce abogó por los efectos beneficiosos de la meditación cuarenta años antes de que fuera introducida en occidente."

Interpretacion de los sueños

Cayce concedía gran importancia a los sueños, a los que atribuía una capacidad premonitoria sobre las cosas importantes que han de sucedernos. A través de ellos, además, se pueden buscar las claves del comportamiento y hasta de las enfermedades.

La existencia en los sueños de símbolos comunes a todas las personas y culturas no es óbice, según Cayce, para que cada uno sea el mejor intérprete de sus sueños. Para ello recomendó llevar puntualmente un registro diario de todos los sueños, no tanto sobre el recuerdo de los hechos concretos, sino sobre los sentimientos que experimentamos al despertar.

Asociando el sueño con los diferentes aspectos de la vida (salud, trabajo, relaciones, etc.) podremos determinar con qué aspecto está relacionado y de qué forma debemos aplicar a nuestras circunstancias los contenidos del sueño.

Predicciones

Algunas de sus predicciones incluyeron la caída del comunismo, el resurgimiento de Rusia, la consolidación de China como cuna del cristianismo y el comienzo y fin de la Segunda Guerra Mundial, que predijo en 1934.

Una buena parte de sus lecturas se detiene en la historia de antiguas civilizaciones, especialmente de la Atlántida. A los atlantes atribuye la construcción, que él fecha en el 10.500 a.C., de la esfinge de Egipto. Bajo ella habrían escondido un archivo que recoge la sabiduría de esta civilización perdida y la verdadera historia de la Humanidad. Este archivo, que debería haber sido descubierto entre 1996 y 1998, estaría conectado con la segunda venida del Cristo.

Asimismo, el regreso del Cristo se presenta asociado a un gran proceso de cambio mundial que no supone el fin del mundo, pero sí una serie de cataclismos que darán lugar a una segunda era y un periodo de paz.

En torno al año 2000 habría de producirse un cambio en el eje terrestre que provocaría la inundación de gran parte de Inglaterra, Japón y la costa oeste de América, que será desgajada del continente.

Además, estos cambio planetarios provocarán la emersión, frente a la costa occidental de Norteamérica, del mítico continente de la Atlántida. Se producirá una gran actividad volcánica en el Pacífico y grandes terremotos destruirán Los Angeles, San Francisco y Nueva York.

La Reencarnacion

"Según Cayce, cada espíritu elige en cada reencarnación el tiempo y el entorno, en particular familiar, que más le conviene para continuar su aprendizaje. El objetivo es aprender a expresar amor en todas las circunstancias."

Profundamente religioso, buena parte de su obra está dedicada al servicio a los demás e impregnada de un fervoroso cristianismo. Consideraba que casi todas las religiones y filosofías monoteístas estaban influenciadas, directa o indirectamente, por un Dios único y común. En particular citaba el budismo, mahometismo, confucionismo, sintoísmo, brahmanismo, judaísmo y platonismo.

La interpretación que Cayce hacía del ser humano definía a los hombres como seres espirituales venidos a la Tierra para tener una experiencia material que nos permita regresar a nuestro estado espiritual. Una segunda finalidad de nuestra existencia sería la representación en la Tierra de la espiritualidad de Dios.

Contrariamente al concepto tradicional de "Karma", Cayce no le atribuye un significado como destino, sino como memoria que podemos aprovechar y utilizar para hacer una elección libre. Esta decisión conducirá nuestras futuras posibilidades de aprendizaje hacia la espiritualidad.

El concepto que Cayce tenía de la reencarnación supone la necesidad de asumir la paz y en entendimiento, y la obligación de sentir compasión por los demás por cuanto que todos somos iguales en nuestra existencia, por más que vivamos diferentes circunstancias en sucesivas encarnaciones.