
Hija menor de John Spencer, octavo conde de Althorp, y de Frances Ruth Roche, Diana Spencer creció en una familia de la pequeña nobleza junto a sus dos hermanas, Sarah y Jane, y su hermano menor, Carlos. Pasó los primeros años de su vida en la residencia familiar de Sandringham, donde recibió su primera educación, de manos de institutrices. En 1968, tras el divorcio del matrimonio Spencer, Diana quedó bajo custodia paterna, y aquel mismo año ingresó en la escuela de King´s Lynn. En 1970 se trasladó al internado femenino de Riddlesworth Hall y en 1973 ingresó en West Heath, otro internado en el condado de Kent. Entre 1977 y 1978 estudió en Suiza y finalmente se estableció en Londres, donde trabajó para varias empresas hasta que en noviembre de 1977 conoció a Carlos, heredero del trono británico, con quien entabló noviazgo dos años después.
El 24 de febrero de 1981 el portavoz del Palacio de Buckingham anunció el compromiso oficial de lady Diana Spencer y el príncipe de Gales y, en adelante, Diana trasladó su domicilio a Clarence House, residencia de la reina madre. La boda de la pareja, que se celebró el 29 de julio de 1981 en la catedral londinense de Sant Paul y fue oficiada por el arzobispo de Canterbury, se convirtió en un acontecimiento social de repercusión internacional retransmitido por televisión a más de setecientos millones de espectadores. Convocó en Londres a más de un millón de personas y no faltaron a la ceremonia los principales miembros de la aristocracia europea y más de ciento setenta jefes de Estado.

Aunque Diana trató de llevar una vida familiar dedicada al cuidado de sus hijos, en su agenda se imponía la limitación de los más de quinientos compromisos oficiales que el matrimonio estaba obligado a atender anualmente. Hasta 1985, la pareja no mostró desavenencias en público pero a partir de 1986 la prensa sensacionalista británica comenzó a publicar rumores de crisis matrimonial. A pesar de que la familia trataba de ofrecer una imagen de unidad, lo cierto es que cada vez se hacían más frecuentes los viajes de Diana en solitario y en mayo de 1992, después de regresar de la India y Egipto, saltaron a la opinión pública los primeros rumores de separación. La publicación de un libro de Andrew Morton sobre Diana, en el que el autor se reafirmaba en la tesis del fracaso matrimonial y la confirmación de que Carlos mantenía una relación con su vieja amiga, Camila Parker Bowles, convirtieron en noticia las especulaciones de los últimos meses. A principios de diciembre los príncipes de Gales se separaron, se anunció una relación sentimental de Diana con James Gilbey y se desató una auténtica guerra de acusaciones mutuas entre los defensores de la princesa y la casa real británica. Algunas fuentes revelaron entonces que tanto Carlos como Diana de Gales reclutaron periódicos nacionales para publicar sus propias versiones sobre el detonante de la ruptura. El matrimonio se rompió de forma definitiva en marzo de 1994 y el 29 de febrero de 1996 Diana aceptó divorciarse de Carlos.

La popularidad de lady Di
La muerte de Diana Spencer exaltó el fenómeno social de la "dianamanía" y la casa real británica, que al principio mostró no pocas reticencias, accedió al reclamo popular y celebró en su honor un soberbio funeral en Westminster, que fue retransmitido en directo por televisión y al que asistieron cerca de dos millones de personas.

La vida de Diana Spencer, tanto durante su matrimonio como después de su separación, fue objeto continuo de la atención de millones de seguidores y tema recurrente de la llamada "prensa rosa". Todas sus apariciones en público recibieron un tratamiento especial por parte de los medios de comunicación e incluso su peinado y su modo de vestir fueron imitados hasta la saciedad. Según la revista Majesty, Diana generó cerca de quince millones de libras en publicidad a los fabricantes de los artículos que utilizaba. Su popularidad superó en mucho a la de su marido, fue siempre considerada una madre ejemplar y tras su muerte hubo propuestas de canonización que, finalmente, fueron desestimadas.